La reapertura de la A-7, al sur de la A-3, en València, coincidiendo además con las lluvias de la segunda DANA en menos de tres semanas ha supuesto todo un hito en términos de rapidez y eficacia. Sobre todo, no únicamente por la magnitud de la obra sino por los plazos y la forma en que se ha ejecutado, ateniendo a su importancia vital como arteria comunicativa clave.
De hecho, son muchas las personas que han seguido a través de imágenes en redes sociales, los trabajos de ingeniería que ha supuesto la reciente inauguración. Desde los monumentales bloques de hormigón y los trabajos nocturnos para no escatimar ni un minuto a un esfuerzo titánico en medio de una situación de urgencia, hasta el último pintado de las líneas de circulación sobre el flamante asfalto.
De hecho, el propio ministro Óscar Puente, ha ido relatando en sus cuentas en redes sociales, el proceso y este jueves la aseguraba que esta obra “está ya en la historia de la obra pública de España con letras de oro”
Así, la reapertura de este tramo, con la puesta en servicio de un desvío provisional a la altura de Quart de Poblet, permite restituir la funcionalidad del Bypass de València tras la DANA y mejorar la movilidad metropolitana, según se informaba.