Con la llegada del buen tiempo, los meses de abril, mayo, junio e incluso julio y agosto son los preferidos para celebrar las bodas. Así, las parejas reservan con un año de antelación su esperada fecha para tener todo listo de cara a su gran día. No obstante, este 2023 puede que muchos se hayan llevado una sorpresa al ver que el precio que cerraron para su ceremonia en el momento de reservarla, no es el mismo a causa de la inflación.
Este es el caso de Gemma, que se casará el próximo mes de junio y a su boda asistirán 200 invitados. Ella reservó hace más de un año todo, entre ello su catering, con la sorpresa que hace unos meses, recibió la noticia de que el menú subiría su precio en 15 euros por comensal suponiendo “un coste añadido que nos ha ocasionado tener que pagar miles de euros más”.
Y es que, tal y como han detallado a Actualitat Valenciana Débora Sánchez y María Ramírez, organizadoras de bodas en València, la celebración de una boda este 2023 cuesta hasta un 15% más que en 2022.
Concretamente, en palabras de Sánchez en el cubierto “es donde más se ha notado este incremento”, pues la media por comensal se encuentra en 150 euros “mientras que el año pasado por 100 o 120 euros podías tener el mismo”. La organizadora incide en que este sería el precio “de un menú completo con cóctel y barra libre normal por persona y ascendería a 15.000 euros en total aproximadamente”. No obstante, en el caso de que se quiera añadir algún extra, el precio se puede incrementar “hasta 600 o 700 euros más”, por tanto, “aquí es donde realmente se nota la inflación: en la suma final”.
Seguido a esto, observamos que en los autobuses también es donde más se ha notado el aumento, pues tal y como explica Ramírez, la causa principal “es el precio de la gasolina”, el cual ha hecho “que se dispare el coste de alquilarlos”. Además de los fotógrafos que cobran entre 800-1.600 euros de media y, en el caso de que los novios quieran también un vídeo “se suman otros 1.000 euros”, ascendiendo todo “a más de 2.000 euros”, cuando el año pasado “lo máximo que se pagaba por este servicio completo era de 1.600 euros”. Por este motivo, incide, en que “cada vez son más las parejas que deciden prescindir de estos servicios, debido a su elevado coste”.
Asimismo, en tercer lugar, se encontrarían los extras, es decir, la decoración, mesas con dulces y postres o el photocall, los cuales en 2022 costaban 480 euros frente a los 500 o 510 que pueden llegar a costarte en 2023″. No obstante, la organizadora detalla que cuando más noto el incremento en dichos suplementos “fue tras la pandemia” ya que hasta 2020 por tan solo 350 o 400 euros “podías tenerlos en tu boda”.
Pese a lo anterior, explica que este año no se ha notado tanto en su encarecimiento, si no en su calidad, ya que ahora “por más precio tienes un servicio más normal” mientras que antes de la pandemia, “por un poco menos, la calidad era mayor”, alega Ramírez.
Además de esto, también se ha notado dicho crecimiento en la música y flores. El primero ha tenido un total de 100 euros de incremento, ya que el año pasado se encontraba en 800 euros el pack con todo incluido, hasta las canciones de ceremonia y de 650 euros únicamente para la fiesta posterior. Asimismo, la hora adicional se sitúa en los 100 euros de suplemento. Mientras que en 2022 este precio solía rondar los 780 y los 790 euros, por tanto este coste ha subido de “20 a 10 euros”.
En cuanto a los ramos de novia, es cierto que su valor “depende mucho del tipo de flores que la novia quiera”, explica Sánchez. No obstante, ambas organizadoras alegan que sí que han notado “que ha subido notablemente su precio”, sobre todo en flores “como los claveles blancos” que son “de los más demandados en València por su arraigo con la Virgen de los Desamparats” y rondan entre el euro y el euro y medio.
Por otro lado, las rosas rojas “que son también las que más piden”, las cuales tienen “3 euros por pieza”. En cuanto a los tulipanes, también muy popular, tiene un coste “de casi 2 euros”. Todo ello demuestra que haya habido una inflación de 70 e incluso un euro con respecto a 2022″.
En cambio el vestido de novia y los zapatos “son los elementos que menos han ascendido” ya que el primero ronda los 2.000 euros frente a los 1.800 o 1.900 que podía costar un diseño similar el pasado 2022. Por tanto, ambas inciden en que “no se ha notado mucho”.
Desde la pandemia un 20% más de gasto
No obstante, Sánchez incide en que este ascenso no se ha dado “de un año para otro” si no que “ha sido progresivo” ya que desde la pandemia, es decir desde 2020 y hasta este 2023, “el precio se ha incrementado hasta en un 25%. La gente se está gastando “más de 30.000 euros en una boda normal” cuando los años previos al COVID-19 con 40.000 euros “tenías una celebración con todo tipo de lujos” y ahora una común “casi cuesta eso”. Por tanto, “la diferencia es muy notoria”.
“Adaptarse a las necesidades del cliente”
Finalmente, Ramírez incide en que ha podido comprobar como los espacios han intentado “no incrementar tanto los precios” para poder “adaptarse a las necesidades del cliente” y que más gente pueda costearse esta celebración e intentar abarcar así un mayor número de bodas. “Es cierto, por lo que he podido comprobar, que podrían subir aún más los precios, ya que la materia prima, comida o suministros han disparado sus precios”.