Las lluvias torrenciales del pasado 29 de octubre y 13 de noviembre han dejado una estampa desoladora en el litoral valenciano, que se extiende desde Benicarló hasta Dénia. Más de 250 kilómetros de playas han acumulado una enorme cantidad de residuos, entre ellos un alto porcentaje de vegetación, principalmente cañares, arrastrados por los ríos de la demarcación hidrográfica del Júcar. Ante esta situación, la Generalitat Valenciana ha exigido al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico una actuación urgente para limpiar estas playas, especialmente de cara a la temporada turística de Semana Santa.
La posición de la Generalitat: competencia del Ministerio
Desde la Dirección General de Costas, Puertos y Aeropuertos de la Generalitat Valenciana se ha dejado claro que la limpieza de las playas afectadas por este tipo de fenómenos extraordinarios no puede recaer sobre los municipios. Aunque el artículo 115 de la Ley de Costas establece que es competencia municipal mantener las playas en condiciones de limpieza e higiene, la Generalitat interpreta que esta norma aplica únicamente en situaciones ordinarias.
“Es inviable pedir a los municipios que asuman esta tarea. Sería como haberles pedido a los ayuntamientos de l’Horta Sud que retiraran por sí mismos el barro y los enseres de las calles tras las inundaciones”, han señalado fuentes de la Generalitat.
El problema radica en que la pasividad del Ministerio ha obligado a algunos ayuntamientos a actuar con sus propios medios. Un ejemplo de ello es Torreblanca, un pequeño municipio de Castellón con menos de 6.000 habitantes, que ha iniciado por su cuenta las tareas de limpieza de sus playas. “No todos los ayuntamientos tienen el músculo financiero de ciudades como Valencia”, recalcan desde la Generalitat, subrayando la desigualdad en la capacidad de respuesta entre municipios grandes y pequeños.
Impacto en el turismo y la economía local
La limpieza de las playas no es solo una cuestión ambiental, sino también económica. La Generalitat advierte de la necesidad de completar estas tareas antes de Semana Santa, un periodo crucial para el turismo en la Comunitat Valenciana. El litoral valenciano es un motor económico que atrae a millones de visitantes cada año, y mantener las playas en condiciones óptimas es vital para la recuperación tras la DANA.
Acciones tomadas y críticas a la Delegación del Gobierno
Según la Generalitat, hasta ahora el Gobierno central apenas ha actuado en 8 kilómetros de litoral, en Tavernes y Sueca, dos municipios gobernados por el PSPV-PSOE. Esto representa tan solo un 3% del total del litoral afectado, una cifra que la Generalitat califica de “ridícula” y que pone de manifiesto la falta de coordinación y eficacia por parte del Ministerio.
Para agilizar las tareas de limpieza, la Generalitat ha remitido una carta a la Dirección General de la Costa y el Mar solicitando la retirada inmediata de los residuos vegetales acumulados. Además, recuerda que la Resolución de 23 de diciembre de 2024 de la Dirección General de Prevención de Incendios Forestales autoriza la eliminación mediante quema de los residuos vegetales generados por la DANA, siempre que se encuentren en zonas de influencia forestal. Esta medida extraordinaria se justifica por razones fitosanitarias y pretende facilitar la gestión de los residuos en las zonas afectadas.
Un llamamiento a la acción
Desde la Generalitat insisten en que estos residuos no son un problema generado localmente, sino que provienen de arrastres de los ríos de la demarcación hidrográfica del Júcar y han acabado depositados en el dominio público marítimo-terrestre, lo que convierte su limpieza en una competencia clara del Ministerio. “Debe ser el Gobierno central quien asuma la responsabilidad y actúe de forma inmediata para restablecer la normalidad en nuestras playas”, han declarado fuentes autonómicas.
La acumulación masiva de residuos en el litoral valenciano tras la DANA pone en evidencia la necesidad de una actuación coordinada y eficaz por parte de todas las administraciones. Mientras algunos municipios intentan hacer frente al problema con recursos propios, la Generalitat ha reiterado su llamamiento al Gobierno para que asuma su competencia y realice la limpieza antes de la llegada de Semana Santa. Con el turismo en juego, esta tarea se presenta no solo como un deber institucional, sino como una obligación para garantizar el futuro económico y social de las zonas afectadas.