La jornada de huelga convocada en la Comunitat Valenciana este 29 de mayo contra el Consell que preside Carlos Mazón ha tenido un seguimiento muy limitado, poniendo en entredicho la capacidad de movilización de los sindicatos convocantes. Con cifras mínimas en todos los sectores clave, la protesta ha tenido escaso impacto y ha sido percibida en muchos ámbitos como un fracaso político y social.
A las 12:30 horas, los datos oficiales muestran que solo el sector educativo ha superado la barrera del 5%, alcanzando un 6,53% de seguimiento. El resto de ámbitos, como sanidad (1%), justicia (0,20%) o administración general (1,39%) no han mostrado una implicación significativa, reduciendo el alcance de la protesta.
Solo el ámbito educativo responde, con tímidas cifras en Valencia
En educación, Valencia ha sido la provincia con mayor incidencia, con un 7,71%, seguida por Castellón (6,10%) y Alicante (5,30%). A pesar de liderar la movilización, el sector educativo no ha logrado cifras que permitan hablar de un seguimiento masivo.
En el ámbito sanitario, los datos son aún más llamativos por su baja participación: Castellón y Alicante no alcanzan ni el 0,7%, y solo Valencia llega al 1,67%. Esta escasa implicación se repite en el sector de justicia, con porcentajes que van del 0,10% en Alicante al 0,29% en Castellón.
Mazón sale reforzado tras una huelga que no prende entre los trabajadores públicos
En la administración general de la Generalitat, donde se esperaba una mayor respuesta, los datos vuelven a quedarse cortos: 1,52% en Valencia, 1,15% en Castellón y 0,78% en Alicante. Tampoco el transporte público se ha visto afectado: Metrovalencia y el Tram d’Alacant han funcionado con normalidad, cumpliendo sin incidencias los servicios mínimos del 80%.
La lectura política de la jornada es clara: el Gobierno autonómico de Carlos Mazón sale reforzado tras una huelga que no ha logrado canalizar el malestar social ni activar a los trabajadores públicos. A pesar del ruido previo y la campaña sindical, el seguimiento ha sido mínimo, lo que alimenta el discurso del Ejecutivo sobre una oposición desmovilizada y poco representativa.