Las fallas no solo vienen pasadas por agua, sino que además de aguardar año y medio lo hacen contra los elementos de la manera más cruel. Los monumentos no ha podido soportar las continuas trombas de agua y viento y en algunos casos se han venido abajo.
Es el caso del monumento de la comisión Sueca-Literato Azorín, donde la estructura, preparada en su mayoría para la plantà, se ha venido abajo en parte a causa de la fuerza de los elementos.
Se trata de la cabeza de una de las figuras principales, según ha informado la junta directiva de la comisión. Son muchas las comisiones falleras que están notificando desperfectos, sobre todo aquellas que por tener monumentos grandes, adelantaron parte de la salida de sus remates a la calle.
En el caso de algunas comisiones como la de Convento Jerusalén han protegido con plásticos su obra para proteger los ninots ante la amenaza de lluvia, sin embargo está por ver si han resistido indemnes al granizo que ha caído sobre la capital.
