El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha comparecido para defender la actuación de la Administración Central durante la DANA que devastó Valencia el pasado 29 de octubre. Sánchez ha asegurado que la primera responsabilidad del Ejecutivo es generar la información necesaria sobre la meteorología y los caudales hídricos, y afirmó que estas responsabilidades se cumplieron desde el primer momento. Además, enfatizó que el mando único en este tipo de emergencias corresponde a la Generalitat Valenciana.
Sin embargo, estas declaraciones han generado controversia, especialmente en torno a las previsiones de AEMET y su papel en la gestión de la catástrofe. Según el presidente, AEMET emitió los primeros avisos cinco días antes de la tragedia y mantuvo una comunicación constante con Protección Civil de la Comunidad Valenciana. Pero análisis posteriores y datos contrastados ponen en tela de juicio la precisión y efectividad de esas alertas.
¿Dónde fallaron las previsiones de AEMET?
Aunque Sánchez aseguró que las alertas de AEMET fueron puntuales y precisas, varios datos sugieren que las previsiones meteorológicas no alcanzaron la magnitud real del fenómeno. Según los partes de AEMET previos al 29 de octubre:
• Probabilidad de lluvias máximas: Las previsiones indicaban un máximo del 70% en algunas zonas de Valencia, con precipitaciones estimadas de hasta 180 mm.
• Duración de las alertas: AEMET estableció que las alertas rojas terminarían a las 12:00 horas del 29 de octubre, subestimando la duración e intensidad del fenómeno.
En contraste, municipios como Chiva, Pedralba y Turís registraron precipitaciones de hasta 491 mm, más del doble de lo previsto. Este desfase en las estimaciones ha suscitado críticas por la falta de preparación adecuada para enfrentar un evento de esta magnitud.
Emergencias de la Generalitat: avisos y coordinación
A pesar de los fallos en las previsiones, la Generalitat Valenciana, a través de su servicio de Emergencias 112, emitió múltiples alertas y recomendaciones a la población desde días antes del desastre. Estas incluyeron advertencias para evitar el uso de vehículos y alejarse de zonas cercanas a ríos, barrancos y cauces.
Desde el domingo 27 de octubre, Emergencias informaba sobre las previsiones de AEMET y actualizaba los niveles de alerta conforme a la evolución del fenómeno. Por ejemplo:
• A las 17:35 horas, se comunicó que la Comunitat Valenciana sería especialmente afectada y se recomendó máxima precaución.
• A las 7:45 horas del 29 de octubre, Emergencias estableció el nivel rojo en el litoral sur de Valencia y lanzó mensajes generalizados de advertencia.
Sin embargo, la falta de coordinación efectiva entre AEMET y la Generalitat, sumada a la subestimación inicial de la magnitud de la DANA, ha dejado abierta la discusión sobre las responsabilidades compartidas.
Consecuencias y lecciones por aprender
La DANA que golpeó Valencia no solo dejó inundaciones masivas y daños millonarios, sino también una sensación de desconfianza en las capacidades predictivas y de respuesta de los organismos responsables. Aunque Sánchez defiende que el Gobierno cumplió con su deber de generar información meteorológica, la falta de precisión en las alertas plantea la necesidad de reforzar los sistemas de predicción y coordinación.
Mientras tanto, las críticas hacia AEMET y la gestión general de la emergencia continúan creciendo, especialmente en vista de las precipitaciones reales que superaron con creces lo previsto. Como ejemplo, Chiva y Pedralba registraron acumulados de agua que duplicaron los máximos estimados.
Un llamado a la revisión de protocolos
Frente a esta situación, expertos y políticos instan a revisar los protocolos de actuación y mejorar la coordinación entre los distintos niveles de gobierno. La precisión en las alertas meteorológicas y una comunicación fluida entre el Estado y las comunidades autónomas serán claves para prevenir tragedias similares en el futuro.