El Ministerio de Transportes, dirigido desde el pasado lunes por Óscar Puente, y los sindicatos de Renfe y Adif han alcanzado un acuerdo justo antes de que comenzara la huelga prevista por la compañía ferroviaria.
El parón empezaba el viernes y se prolongaba a otros cuatro días más (el 30 de noviembre y 1, 4 y 5 de diciembre). La huelga afectaba a los servicios de Cercanías, los de Media Distancia, Largo Recorrido y Mercancías y había alrededor de 1.500 cancelados para esos días.
Los representantes de los trabajadores habían llamado al paro a cerca de 30.000 trabajadores a partir de mañana viernes en protesta por los acuerdos de de investidura entre PSOE y ERC, que establecían el traspaso a la Generalitat de Cataluña de servicios e infraestructura que actualmente realizan Renfe -en la operación de servicios- y Adif, en la gestión de la infraestructura.
Este acuerdo fue inmediatamente respondido desde las filas de los comités de las empresas públicas, que temen que ambas compañías acaben troceadas como consecuencia del acuerdo con ERC y sucesivos pactos entre partidos, como el PNV.
El impacto de la protesta llevó ayer a Renfe a anunciar la cancelación de 1.548 trenes de media, larga distancia y AVE, a los que se suman otros 990 de mercancías. La protesta se convocó con la anterior ministra de Transportes, Raquel Sánchez pero se iba a producir con su sucesor en el cargo, Óscar Puente. Sánchez trató de desactivar el paro la semana pasada, sin éxito.
Este traspaso ha generado una situación de incertidumbre y malestar por el futuro de los trabajadores de Adif respecto a su actividad laboral y las condiciones de esta. Este jueves han acercado posturas sobre un acuerdo que todavía debe ser tratado con más detenimiento con las empresas implicadas y firmado, pero los que los sindicatos ha decidido desconvocar los cinco días de huelga que habían planificado.
