Valencia ha sido testigo de una manifestación multitudinaria con el lema “Mazón dimissió”, donde miles de personas se congregaron para exigir la dimisión del president de la Generalitat, Carlos Mazón, y de todo su Consell. La marcha se organizó en un clima de “rabia y duelo” para expresar el descontento ciudadano por la gestión de la crisis que ha impactado a la región. La convocatoria, liderada por una serie de entidades nacionalistas y cívicas vinculadas a los Països Catalans, partió de la Plaza del Ayuntamiento y culminó en la Plaza Manises, frente al Palau de la Generalitat, donde se procedió a la lectura de un manifiesto.
Convocatoria de entidades nacionalistas y cívicas
La manifestación fue impulsada por un conjunto de asociaciones conocidas por su compromiso con la identidad cultural y política de los Països Catalans. Entre las entidades más destacadas se encontraban Acció Cultural del País Valencià, Amical de Mauthausen, Arran-SEPC-COS, Endavant, y la Societat Coral El Micalet. También se sumaron otros colectivos como Arrels del Canvi, la Assemblea de Barri de Montolivet, Benicalap Viu, Ca Bassot, y Intersindical Valenciana, junto con la Comissió Ciutat-Port y Decidim- Plataforma pel dret a decidir del País Valencià.
Estas organizaciones y otras de índole cultural y social han sostenido históricamente posturas que defienden la identidad nacionalista y vinculada als Països Catalans. Su participación en la manifestación fue clave para movilizar a una gran cantidad de personas y dejar clara su postura de crítica hacia la gestión del gobierno autonómico.
Los portavoces de la manifestación señalaron que la gestión de la crisis por parte del gobierno de Mazón fue ineficiente y desorganizada. “Han demostrado ser incompetentes. No merecen dirigir la vida de los valencianos”, afirmaron, subrayando que el Consell no supo alertar a la población ni organizar la asistencia y la reconstrucción necesarias. Este descontento quedó reflejado en las consignas y carteles que portaban los manifestantes, donde se leían frases como “Mazón, tu pueblo te repudia” y “¿Dónde estaba Mazón mientras el pueblo se ahogaba?”.
La marcha se planteó originalmente como una manifestación silenciosa en señal de duelo por las víctimas, pero los gritos de “Mazón, dimisión” resonaron a lo largo del recorrido, reflejando la intensidad de las emociones y el clamor popular.
Reacción del Partido Popular
El Partido Popular de la Comunitat Valenciana (PPCV) no tardó en reaccionar, calificando la manifestación de “politizada” y acusando a las entidades convocantes de fomentar el descontento con fines políticos. A través de sus redes sociales, el PPCV subrayó que los colectivos organizadores estaban vinculados a ideologías “catalanistas” y que buscaban desestabilizar la situación política. “La de hoy es una manifestación politizada. Las entidades catalanistas del ‘Països Catalans’ vienen a montar lío y colapsar la ciudad de Valencia. No les importan nada las víctimas, solo la política”, afirmaron en un mensaje en X.
El secretario general del PPCV, Juanfran Pérez Llorca, condenó lo que llamó un uso “partidista” de la tragedia, y expresó que era momento de respeto y memoria, no de confrontación. Asimismo, Vicente Mompó, presidente de la Diputación de Valencia, defendió la necesidad de priorizar la ayuda a los afectados y abogó por evitar la crispación en un momento tan delicado. “No toca confrontar ni alimentar la crispación, ya estamos sufriendo bastante”, escribió en su perfil, haciendo un llamado a la unidad y al trabajo conjunto en favor de quienes más lo necesitan.
La manifestación acabo en un enfrentamiento entre la policía y grupos ultras
La manifestación en Valencia, que hasta entonces se desarrollaba en relativa calma, se tornó violenta cuando grupos ultras presentes en la marcha comenzaron a actuar de forma agresiva en la Plaza del Ayuntamiento. Esto llevó a que la Policía Nacional interviniera, cargando contra estos grupos para restablecer el orden. La situación derivó en una batalla campal que alteró la marcha, generando momentos de gran tensión y dispersión entre los manifestantes.
La intervención policial fue necesaria para contener los enfrentamientos y evitar que la violencia escalara, asegurando la protección de los manifestantes pacíficos y el entorno urbano. La presencia de estos grupos radicales complicó la manifestación y añadió un elemento inesperado de desorden en un evento que, inicialmente, buscaba mantener el respeto hacia las víctimas.