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sábado, 27 abril 2024

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Vecinos de la Saïdia se manifiestan contra la turistificación del barrio: ‘Avanza vorazmente’

Alertan de que la 'proliferación' de pisos turísticos 'amenaza el tejido social' y obliga a 'muchas' personas a abandonar sus casas

Vecinos de la Saïdia, distrito de la ciudad de València, se han manifestado este sábado para defender el derecho a la vivienda, “incidir a nivel ciudadano y político” y denunciar que, mientras la turistificación “avanza vorazmente” en la zona, “muchos vecinos tienen que abandonar el distrito” porque “no pueden costear el acceso a una vivienda”.

Bajo el lema ‘Veïnat sí, turistificació no. La Saïdia per a qui l’habita’, los asistentes han criticado la “proliferación” de apartamentos turísticos, “muchos de ellos ilegales”, que “dificulta el acceso a la vivienda”, al tiempo que “amenaza al tejido social de los barrios”. “Permitir que avance la turistificación sin tomar ninguna medida supone priorizar el interés económico de unos pocos frente a las necesidades de los vecinos”, han censurado.

Esta protesta estaba inicialmente convocada para el pasado sábado, 24 de febrero, pero las asociaciones convocantes –La Saïdia Comuna, AA. VV. Saïdia, AA. VV. Morvedre, AA. VV. Sant Antoni-la Saïdia y EntreBarris– la cancelaron en solidaridad con las personas afectadas por el incendio de dos edificios en el cercano barrio de Campanar, que se cobró la vida de diez personas.

El vecindario del distrito ha alertado que, según los datos de los principales portales inmobiliarios, alquilar un piso en la Saïdia en el año 2024 cuesta 300 euros más de media que en 2021, lo que supone un aumento del 50 por ciento en “solo tres años”.

Y han censurado que ha esta realidad se suma el hecho de que los apartamentos turísticos han aumentado su presencia en un 30%, “sin contar la oferta ilegal, que se multiplica semana a semana”. “Mientras tanto, ni la Generalitat Valenciana ni el Ayuntamiento de València ponen suelo a disposición de la construcción de vivienda pública y protegida en la Saïdia”, han afeado en un comunicado.

En este contexto, Pablo, un vecino de la Saïdia, ha denunciado, en declaraciones a los medios, que el precio del alquiler en “toda València”, y en concreto en la zona de la Saïdia, está “inasumible”. “En los últimos años ha cambiado muchísimo el precio y los tipos de negocios que también que encontramos aquí”, ha sostenido, y ha agregado que “cada vez hay más pisos turísticos y más espacios que desaparecen en pro del turismo”.

Al respecto, las entidades convocantes han señalado que el “aumento de la población flotante” en el distrito genera “problemas de ruido y suciedad”, e implica una “saturación de servicios públicos”. Además, han lamentado que la turistificación va acompañada de un “proceso de cambio en la demanda comercial” que “pone en peligro el comercio tradicional y de proximidad y fomenta otro tipo de establecimientos”.

“Hay que proteger el tejido social y la gente que vive aquí”, ha instado Pablo, a la vez que ha reprochado que no quieren que estos vecinos “sean expulsados” y “cambie todo”. “Normalmente, eso cambia el modo del barrio, la gente ya no se siente del barrio o no puede vivir en él y es expulsada hacia las afueras, que cada vez también son más caras”, ha apuntado.

“MOACROHOTELES”

Por otra parte, desde las asociaciones de vecinos del distrito han asegurado que la concesión de una nueva licencia hotelera en la zona ha sido “la gota que ha colmado el vaso”. Se trata de un hotel de apartamentos con aforo para 500 personas, ubicado en una manzana entre las calles Maximilià Thous y Benipeixcar, y cuya construcción está previsto que se inicie en breve, han señalado.

Este proyecto se suma al del “macrohotel” de 575 habitaciones de las naves de Guatla, de momento paralizado, que ya despertó una fuerte oposición vecinal, han añadido.

Sobre el primero de estos proyectos, Pablo ha lamentado que en esta ocasión “será más difícil de frenar” la construcción del hotel. “Parece que este va a ser mucho más complicado”, ha expresado, y ha subrayado que, a pesar de “algunos mensajes políticos”, la situación “no cambia”: “No cambia la subida de precios y este tipo de cambios de modelos”.

“FEBRERO ANTITURISTIFICACIÓN”

Previamente a esta manifestación, distintas asociaciones han programado otras actividades que se enmarcan en una campaña de movilización para “defender el barrio”. De esta forma, el sábado 10 de febrero se celebró un concierto contra la turistificación en la asociación cultural La Protectora, con la actuación de los grupos Las Víctimas Civiles, O.J.O. y Los Malditos, que agotaron las entradas.

Además, el día 15 de febrero se presentó en la librería Nöstlinger el libro ‘L’últim Recer’, de Nacho Collado, que aborda la problemática en torno a la vivienda a partir de distintos casos reales ocurridos en la ciudad de València.

Unos días después, el día 18 de febrero, se celebró en el parque de Marxalenes un taller de pancartas, abierto al público familiar del distrito, que sirvió como preparativo para la manifestación. Finalmente, el día 28 de febrero, como cada último miércoles de mes, se llevó a cabo una ‘cacerolada antituristificación’ desde la calle Guatla.

“AUTÉNTICA EMERGENCIA HABITACIONAL”

Desde Compromís per València, el concejal en el Ayuntamiento Ferran Puchades, que ha participado en la manifestación, ha lamentado que en la zona se vive una “auténtica emergencia habitacional” ante la “absoluta presión sobre el vecindario” a través de “la apertura constante y descontrolada de apartamentos turísticos y de establecimientos turísticos de todo tipo”.

Esta situación, ha denunciado, provoca el “cierre de comercios” y “expulsa a los habitantes de sus casas para convertirlas en apartamentos turísticos”. “No hay absolutamente nada de vivienda asequible, los jóvenes se han de marchar de este barrio que siempre ha sido suyo y la gente mayor se ve presionada por las inmobiliarias para que abandonen sus viviendas de alquiler”, ha declarado.

Por todo ello, ha instado al consistorio a “actuar de forma clara y rotunda”. “Tenemos que hacer una moratoria de apertura de concesiones de nuevos apartamentos turísticos; tenemos que regular todas los viviendas turísticas y todos los establecimientos para conseguir que la gente pueda continuar viviendo en el barrio, y necesitamos que continúe perdurando el comercio tradicional y del barrio que ahora mismo está en vías de desaparición”, ha concluido.

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