Los altercados comenzaron cuando la comitiva, encabezada por el rey y el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, se separó del resto del grupo. A medida que avanzaban, los monarcas fueron objeto de un tumulto que exigía respuestas a la crisis y expresaba la frustración de los afectados. Aunque se detuvieron para dialogar con algunos ciudadanos, los gritos de “asesinos” y “dimisión” resonaban en el ambiente.
La situación escaló a tal punto que los efectivos de seguridad tuvieron que proteger a Felipe VI y Mazón con paraguas y escudos. Las manchas de barro en sus rostros y ropa evidenciaron la tensión del momento. Debido a los incidentes, la agenda de los reyes se vio afectada, cancelando su visita programada a Chiva. La respuesta de la ciudadanía pone de manifiesto la profunda insatisfacción con la gestión de la crisis provocada por la DANA en la Comunidad Valenciana.