La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha vuelto a estar en el centro del debate tras reivindicar la precisión de sus predicciones durante la DANA del pasado 29 de octubre. Sin embargo, un análisis detallado de sus propios comunicados y declaraciones evidencia inconsistencias que han generado críticas en la sociedad valenciana.
AEMET asegura que su información fue la mejor posible
El delegado de AEMET en la Comunitat Valenciana, Jorge Tamayo, defendió este viernes que «técnica y científicamente, nadie hubiera podido dar una información mejor» de la que proporcionaron durante la emergencia meteorológica. Argumentó que los avisos fueron «oportunos, muy fiables y lo más concretos y exactos posible», rechazando así las críticas por falta de previsión o errores en la comunicación.
Pese a estas afirmaciones, lo cierto es que las previsiones de AEMET no lograron anticipar la magnitud de la tragedia. La confusión sobre los niveles de alerta y el alcance real del temporal han llevado a cuestionamientos sobre la eficacia del sistema de avisos.
Las previsiones meteorológicas y la realidad: una brecha evidente
El mismo 29 de octubre, AEMET informó en su parte de las 9:41 horas que la alerta roja por lluvias afectaba al litoral sur e interior norte de Valencia, con precipitaciones de hasta 180 mm en 12 horas y una probabilidad máxima del 70%. Sin embargo, los datos reales mostraron una situación mucho más extrema: en algunas localidades se registraron más de 400 litros por metro cuadrado, e incluso en algunos puntos se superaron los 700 litros, valores extraordinarios e imprevistos.
Una entrevista clave del jefe de Climatología de AEMET en la Comunitat Valenciana, José Ángel Núñez, emitida en el magazine matutino de À Punt el mismo día de la DANA, refuerza estas dudas. En ella, Núñez minimizaba el impacto previsto en Castellón y aseguraba que los avisos finalizarían a las 18:00 horas, sin prever la intensidad que finalmente tuvo el temporal.
Autocrítica de AEMET: «El mensaje no caló»
Días después, en una entrevista con el diario Las Provincias publicada el 1 de noviembre, Núñez admitió que algo había fallado en la comunicación del riesgo extremo a la población. “No sé, si hay un aviso rojo y, yo me incluyo, y no se hace caso al mensaje, algo falla. O bien la forma en la que está redactado o quien lo recibe no está educado en saber qué dice», afirmó.
Además, reconoció que «no esperábamos que fuésemos a vivir una catástrofe humanitaria de estas dimensiones», y calificó el riesgo meteorológico como «extraordinario», evidenciando que la DANA superó cualquier escenario previsto por los modelos de predicción.
¿Fue suficiente la respuesta de AEMET?
Las declaraciones de AEMET han generado un fuerte debate sobre la capacidad del organismo para prever y comunicar situaciones de emergencia con precisión. Mientras desde la institución insisten en la validez de sus protocolos, los datos muestran una brecha entre la predicción y la realidad.
La falta de previsión exacta y la aparente minimización del riesgo en las horas previas a la catástrofe han llevado a un cuestionamiento generalizado sobre el sistema de alertas en España. La instrucción judicial sigue avanzando para esclarecer responsabilidades, mientras que la sociedad valenciana exige respuestas claras sobre lo ocurrido el 29 de octubre.
Lo que queda en el aire es una pregunta fundamental: ¿se podría haber evitado parte del desastre con una comunicación más precisa y efectiva?