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jueves, 2 mayo 2024

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Antonio Saura, los trazos de un pintor indómito

Se cumplen veinticinco años de la muerte de este pintor difícil de catalogar, y la Fundación Bancaja le dedica una amplia exposición con el título 'Antonio Saura esencial' que recorre buena parte de la vida y los diferentes periodos creativos del artista

La primera impresión que provocan los cuadros de Saura en el común de los mortales es que nos encontramos ante un pintor exaltado, rabioso, furibundo en cierta forma. Esas pinceladas, esos trazos violentos, esas formas que se deshacen y se reconstruyen a la vez nos muestran un artista efervescente, transgresor, absolutamente contestatario.

“La pintura de Antonio Saura no es amable, no es fácil”, nos dice Lola Durán, comisaria de la exposición,” el arte para Saura es una vía de rebeldía, un instrumento para acabar con un pasado oscuro, es una necesidad urgente de expresarse”.

Cuando Antonio Saura era un niño sufrió una enfermedad que le obligó a estar cinco años escayolado en una cama, con la única compañía de una radio y unos cuantos libros. Entre ellos, uno de sus predilectos era “Los ismos”, un tratado artístico escrito por Ramón Gómez de la Serna. A partir de ahí su mente empezó a viajar, todo su universo fantástico y onírico se vio perfectamente reflejado en el Surrealismo, el primer movimiento pictórico que abrazó. Las obras de este periodo pueden verse en la muestra de la Fundación Bancaja.

“Muchas obras de este periodo que coincide con su estancia en París, que había pintado en estudios compartidos con otros artistas, él mismo creía que habían desaparecido o habían sido destruidas”, relata Lola Durán,” pero finalmente aparecieron en un estudio y podemos verlas en la exposición”.

Este conjunto de obras, de temática surrealista y una ejecución que nos recuerda a otros pintores vanguardistas, son realmente pinturas Pre-Saura, son sólo el aviso de lo que va a venir, son la premonición del Saura más característico, una expresión de libertad, un grito, un planteamiento estético y formal nunca visto hasta entonces en la pintura española del siglo XX.

“Saura es el gran impulsor del informalismo en España, su obra ha vigorizado el arte contemporáneo español, “asegura Lola Durán,” él es el impulsor del grupo “El Paso”, un colectivo artístico de enorme trascendencia que expresaba su estado de ánimo y su protesta política a través del arte”.

La muestra, que puede verse en la sede valenciana de la Fundación Bancaja hasta el próximo mes de enero de 2024, cuenta con un total de 85 obras, ordenadas en diferentes temáticas: Damas, desnudos, cabezas, crucifixiones, retratos imaginarios y multitudes. Muchas de las obras se presentan acompañadas de alguno de sus escritos. Saura los consideraba imprescindibles para la comprensión total de su obra.

Probablemente lo más reconocible para los visitantes sean las series de retratos y cabezas, esas composiciones en las que tras muchas pinceladas aparentemente caóticas vemos aparecer un ser humano. Antonio Saura compartía ese gusto por los retratos con su hermano, el cineasta y fotógrafo Carlos Saura.

Una última curiosidad sobre la exposición: tras la muerte del artista, la familia realizo una “dación en pago” para cubrir sus deudas con Hacienda, y todas las piezas expuestas, menos dos, forman parte de la Colección Permanente del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

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