Francesc Colomer no descarta abandonar el cargo si finalmente se aprueba el impuesto de la tasa turística. El secretario autonómico de Turismo se ha manifestado en repetidas ocasiones en contra de la tasa turística y no descarta dimitir en caso de que la cámara autonómica diera luz verde a su aprobación, según ha indicado este martes en Les Noticíes del Matí d’Àpunt.
El titular de Turismo afirma que el escenario actual, marcado por la crisis económica derivada de la pandemia de coronavirus y agraviada por la guerra en Ucrania y una inflación desbocada, no es el momento adecuado para implantar una tasa al turismo.
“No creo que sea el momento oportuno ni la gran respuesta”, ha opinado Colomer, quien ha tildado de “extraño” y “surrealista” esbozar una tasa que se podrá aprobar “en unos cuántos años”, puesto que la propuesta del PSPV, Compromís y Unidas Podemos contempla una moratoria de un año para los ayuntamientos que decidan aplicarla. Es decir, que el impuesto no estaría en vigor al menos hasta noviembre de 2023.
Por otra parte, se ha mostrado crítico con el planteamiento mismo de la tasa, que solo graba el sector del alojamiento a pesar de que los turistas consumen “un centenar de productos”, ha remarcado. Colomer ha remarcado que la postura oficial del PSPV en el congreso autonómico celebrado el noviembre en Benidorm era de rechazo a la implantación de la tasa turística, que será de aplicación voluntaria, y que ningún alcalde ni ayuntamiento socialista “está de acuerdo”.
En todo caso, se ha mostrado conciliador y confiado en todo momento que todavía hay margen para dar marcha atrás y ha pedido que se escuche el sector durante la tramitación parlamentaria del impuesto.
Puig reitera su apoyo a Colomer
Al respecto el presidente, Ximo Puig, ha dicho que: “no sé cuál ha sido el contenido literal de sus declaraciones, pero Colomer sabe que tiene la confianza del president de la Generalitat”. “La tasa no se va aplicar en la mayoría de ciudades de la Comunitat Valenciana porque así lo han decidido sus ayuntamientos” ha indicado el jefe del Consell.
Y es que una gran cantidad de municipios de diferentes colores políticos se han mostrado contrarios aplicar este impuesto que será voluntario, municipal y contempla tarifas de entre 0,50 céntimos y 2 euros, en función del tipo de alojamiento. Del mismo modo, Puig ha indicado que aquellos ayuntamientos que decidan no aplicar la tasa también contarán con su apoyo y ha recordado que en otras ciudades europeas también se paga y “no ha sido un desastre”.
“No es el momento, lo he dicho muchas veces, pero no hay que plantearlo en términos catastróficos y como si el problema real del sector fuera la tasa turística” ha indicado Puig, que ha señalado que la preocupación principal es “recuperar la situación previa a la pandemia y combatir la crisis de precios”.
