Más de 400 firmas de pacientes y familiares de mujeres que iniciaron tratamientos de reproducción asistida antes de la pandemia y cuya edad las deja ahora, dos años más tarde, fuera del protocolo por haber cumplido 40 años, reclaman “justicia”. Y esa cifra, únicamente corresponde a quienes se han unido a esta petición en la provincia de Castelló. La única de toda la Comunitat que, además, no cuenta todavía con una una unidad de Reproducción Asistida.
Son “úteros vacíos con sueños de ser madre que la pandemia nos arrebató”, así, con esta crudeza desgarradora lo describe Sara, nombre ficticio de una de las cientos de mujeres que como tantas otras, a principios de la pandemia ya había visitado el Hospital La Fe de València, derivada por el Hospital de Castelló, tras haberla valorado como candidata para una posible fecundación in vitro. En su caso, fue después de someterse a varias inseminaciones fallidas y con un diagnóstico de “esterilidad de origen desconocido”, relata.
Entonces, aún no tenía 38 años, pero ahora, finalizada una angustiosa espera y con la acumulación de pacientes en unas listas ya de por sí saturadas a más de dos años, se encuentra con que ya no es apta para el tratamiento en la sanidad pública por haber cumplido los 40. Las alternativas: abandonar o recurrir a la sanidad privada y asumir un desembolso económico que puede oscilar entre los 3.000 y los 7.000 euros contando los tratamientos hormonales y las intervenciones.
Una situación visibilizada por una denuncia sindical
Es el problema que ha visibilizado el escrito que la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), ha elevado a la Conselleria de Sanitat para reclamar que todas aquellas mujeres de la Comunitat Valenciana que iniciaron estudios y tratamientos de reproducción asistida antes de la pandemia y que se han visto afectadas por retrasos y/o la suspensión de las citaciones debido al coronavirus puedan someterse a todos los tratamientos, incluido el de Fecundación in Vitro (FIV), pese a superar en estos momentos el límite de los 40 años.
“Tenemos constancia de que existen numerosas mujeres que, aunque iniciaron procedimientos, estudios y tratamientos relacionados con la fertilidad antes de la pandemia, cuando tenían unos 37 ó 38 años, como consecuencia de las elevadas listas de espera no han comenzado a ser citadas hasta fechas recientes”, han explicado desde CSIF, que han lamentado que “el problema es que desde Sanitat, les comunican que, como ahora ya tienen más de 40 años no pueden someterse a este tipo de técnicas a cargo de la sanidad pública, por lo que las derivan a la sanidad privada, lo cual supone una grave discriminación”.
Desde CSIF han explicado que “la propia Orden SSI/2065/2014, de 31 de octubre, que modifica los anexos del Real Decreto por el que se establece la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud establece como umbral máximo en el caso de la sanidad pública la edad de 40 años en el momento del inicio del estudio de esterilidad para los tratamientos de reproducción humana asistida”.
Así, desde CSIF han reclamado “que se revisen los casos de todas las mujeres que eran menores de 40 años cuando se les aprobó el inicio de estos estudios y a las que ahora se les están denegando las siguientes fases de los tratamientos por superar esta edad debido a las listas de espera, que superan los dos años en el caso de la provincia de Castellón”.
“Entendemos que la dilación en el tratamiento no es responsabilidad de la usuaria, sino de la ineficacia de la administración, por lo que pedimos medidas para que todas estas mujeres no se vean afectadas por el anormal funcionamiento del servicio sanitario ni abocadas como única opción a tener que solicitar un préstamo y acudir a clínicas privadas”, han remarcado desde CSIF.
