miércoles, 19 febrero 2025

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La hostelería valenciana estudia recurrir la nueva ordenanza de contaminación acústica

La Coordinadora de Hostelería de los Barrios de València prepara alegaciones y la plataforma SOS Hostelería podría recurrir ante Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia

SOS Hostelería, la asociación que agrupa a empresarios y autónomos del mundo de la hostelería de la Comunitat Valenciana estudia recurrir la Ordenanza Municipal de Protección Contra la Contaminación Acústica de València a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) porque aseguran “limita la apertura de bares y afectará de forma severa a la creación de empleo”. La nueva normativa se aprobó inicialmente este jueves en el pleno municipal y ahora inicia y durante un mes el periodo de exposición pública.

Según indican desde esta plataforma de hosteleros, el acuerdo del gobierno de Rialto, que contó con la abstención del PP y Ciudadanos, es “incomprensible y cruel tras lo que ha sufrido la hostelería durante la pandemia”. Del mismo, valoran “negativamente” que esta nueva ordenanza restrinja la apertura de bares en la ciudad de València “imponiendo” una distancia de 30 metros entre los mismos.

La nueva ordenanza contra la contaminación acústica, que actualizará la anterior de 2008, pretende establecer una normativa que regule la distancia mínima de 65 metros para los locales de ambientación musical o de 30 metros para actividades sin ambientación música en toda la ciudad, y que limitará la creación de Zonas de Acumulación Hostelera. Además, contempla contempla una nueva regulación del control de las mesas y sillas en terrazas, que introduce la posibilidad de sanción con recorte del horario de hasta dos horas y la pérdida del permiso de ocupación si se reciben tres avisos en un mismo año. Atribuirá la responsabilidad de las molestias al titular de la terraza y regulará, por primera vez, el dominio público general, incluido aquellos espacios de titularidad privada donde pueden instalarse terrazas: patios interiores, etc.

El presidente de SOS Hostelería, Fidel Molina, manifiesta que “quien ha impulsado esta norma desconoce nuestro negocio, no sabe que un establecimiento vecino retroalimenta al otro y ha pensado la norma de forma deliberada para causar un perjuicio. Limitar la recuperación de un sector como la hostelería tras el cierre durante la pandemia es un ensañamiento por parte del Ayuntamiento de Valencia”.

En este sentido, la organización señala que “la norma no resuelve nada” y sí “generará problemas a sectores vinculados con al mundo de la hostelería como el inmobiliario, ya que provocará la caída de precios de ciertos locales y que haya más locales vacíos”. También recuerdan que el mundo hostelero es “uno de los más dinámicos” con constantes aperturas, cierres y traspasos, por lo que esta normativa “limitará las aperturas y frenará un sector económico clave de la economía de València, que forma parte de la esencia de la ciudad”.

Del mismo modo, Molina duda de la legalidad de la norma porque indica que “imponer restricciones de forma arbitraria atenta contra las normas de libre competencia. Es por este motivo que estamos estudiando recurrir la norma frente a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia”.

La entidad destaca así que la ciudad del Túria cuenta con 2.500 bares que dan empleo directo a casi 10.000 personas. Asimismo, ha afirmado la hostelería es “clave para otros sectores como distribución HORECA o inmobiliario”, y “genera empleo con alta demanda para sectores sociales muy necesitados de trabajo”.

La Coordinadora de Barrios presentará alegaciones

Por su parte, la Coordinadora de Hostelería de los Barrios de Valencia manifiesta que están “pendientes de conocer al detalle” pero que “analizará en profundidad” el contenido de la misma para preparar las alegaciones por parte del sector.

Según indican, lo que “más preocupa” al sector es la situación de las terrazas y los nuevos criterios que se podrían implantar a la hora de denunciar las supuestas molestias. “Esta ordenanza no puede establecer atajos para incrementar la presión sobre las terrazas y debe garantizar la definición de criterios objetivos y medidas técnicas rigurosas para evaluar el impacto ambiental de cualquier actividad económica o social” manifiestan en un comunicado. .

En cuanto al aspecto de la distancias entre establecimientos hosteleros, señalan que “el sector no tiene especial inconveniente, si sirve para garantizar la seguridad jurídica de los locales que ya están en funcionamiento y neutralizar el proceso de concentración que pueda producirse en determinadas zonas”.

Asimismo, desde el sector insisten en que “no se puede culpabilizar ni estigmatizar a la actividad económica” de un problema del que es “tan víctima” como cualquier otro agente económico y social de la ciudad. En este sentido, para la Coordinadora urge hacer un análisis riguroso sobre los diferentes focos de contaminación acústica que existen en la ciudad, tanto en horario diurno y nocturno que permita superar la permanente estigmatización de la actividad de la hostelería.

Por ello, la Coordinadora espera que la ordenanza haya hecho un análisis ponderado de los diferentes focos acústicos del ruido, teniendo en cuenta que el tráfico, la convivencia vecinal en los edificios y problemáticas tan graves como la del botellón y los lateros son los principales focos emisores. Remarcan así que que la ordenanza debería abordar la superación del modelo de la ZAS y establecer otros criterios de actuación para “luchar contra el ruido protegiendo la actividad económica y los puestos de trabajo tan necesarios en estos momentos”.

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