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jueves, junio 19, 2025

Una huelga de técnicos sanitarios los días 2 y 3 de junio afectará a pruebas médicas no urgentes

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El paro nacional de Técnicos Superiores Sanitarios mantendrá solo las urgencias y servicios a pacientes vulnerables en analíticas y pruebas de imagen, entre otras prestaciones
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El Colegio Profesional de Técnicos Superiores Sanitarios de la Comunidad Valenciana ha comunicado su adhesión a una huelga nacional de 48 horas los próximos días 2 y 3 de junio. Esta convocatoria, promovida por una decena de organizaciones del sector, tendrá impacto en centros hospitalarios y de atención primaria, tanto del sistema público como privado, y alterará servicios como análisis clínicos, radiodiagnóstico y medicina nuclear. La finalidad de esta acción es exigir el reconocimiento académico y laboral que el colectivo considera pendiente desde hace décadas.

La huelga se dirige a todos los Técnicos Superiores y Especialistas Sanitarios con actividad en instituciones sanitarias públicas y privadas a escala estatal. Entre los ámbitos afectados figuran los laboratorios de análisis y microbiología, radiología, anatomía patológica, radioterapia, salud pública, dietética y documentación sanitaria.

Esta interrupción del servicio podría repercutir en análisis de orina y sangre, citologías, ecografías, resonancias, entre otros procedimientos habituales.

Juan Felipe Rodríguez, presidente del Colegio Profesional autonómico, explica que “van a estar afectados los servicios centrales, es decir, análisis clínicos -de sangre y orina-, microbiología, radiología, anatomía patológica, radioterapia… seguramente pediremos que ahí no haya mínimos, dado que es de afectación oncológica”. También lanza un mensaje a la ciudadanía: “Pedimos disculpas anticipadas”, y advierte que si la situación persiste, “después del verano nos vayamos a una huelga indefinida”.

En cuanto a los servicios garantizados, Rodríguez subraya que se mantendrán los procedimientos de carácter urgente, incluyendo intervenciones quirúrgicas de emergencia y pruebas diagnósticas vitales. “Todo lo que sea urgente va a ser atendido”, asegura. En cambio, las exploraciones programadas como radiografías, análisis no urgentes o resonancias podrán ser pospuestas previa comunicación al paciente. Sobre los tratamientos oncológicos en radioterapia, añade que “son personas con enfermedades muy graves y es posible que cedamos”.

También podría haber incidencia en los centros de salud, especialmente en las analíticas rutinarias. Algunas muestras requieren procesamiento inmediato, por lo que Rodríguez sugiere que se reprogramen extracciones para evitar pérdidas.

Uno de los objetivos de esta movilización es lograr que se actualicen las titulaciones académicas del colectivo. Los Técnicos Superiores Sanitarios llevan más de cuatro décadas pidiendo que su formación profesional de grado superior se convierta en títulos universitarios, tal y como establece la disposición transitoria tercera de la Ley 44/2003 sobre profesiones sanitarias, en sintonía con el Espacio Europeo de Educación Superior.

Rodríguez ilustra esta necesidad con un ejemplo concreto: “Para saber manejar bien resonancia magnética, un técnico de rayos, debe dedicar siete meses mínimo solo en estudiar esa parte de la radiología. Entonces, ¿cómo haces dos años de FP para un título total de radiología? Es absurdo”.

La propuesta incluye unificar especialidades actualmente separadas en grados universitarios únicos, como Imagen y Radioterapia o Laboratorio Clínico con Anatomía Patológica e Histología, siguiendo el modelo de otros países europeos.

Otra reivindicación clave es que se aplique el artículo 76 del Estatuto Básico del Empleado Público, que establece un nuevo grupo profesional B para estos técnicos, pendiente desde 2007. También exigen el reconocimiento legal de sus competencias como sanitarios titulados, la introducción de formación especializada avanzada, y su inclusión jerárquica bajo dirección médica.

En relación al grupo B, Rodríguez señala que “el Estatuto Básico del Empleado Público, que salió en 2007, establecía que nosotros deberíamos figurar en un nuevo grupo B, un grupo para técnicos superiores con un sueldo un poco más alto, unos 220 euros más, que además ha sido presupuestado desde 2008 hasta ahora, y todavía no se ha aplicado”.

Profesionales altamente cualificados

El colectivo recuerda que su formación es posterior al bachillerato, que implica estudios superiores y el manejo de tecnología de vanguardia. Validan resultados para los médicos y ya están aplicando sistemas con algoritmos y principios de inteligencia artificial para mejorar los diagnósticos clínicos.

“El Ministerio no quiere reconocer que somos una profesión sanitaria titulada y regulada, a estas alturas. No quiere reconocer que hay gente que está en un banco de sangre, cruzando bolsas de sangre, que están mirando a microscopio células, en el caso de anatomía patológica para separar lo que son un screening, que se llama, que es separar las células tumorales benignas de las malignas. Gente que está aplicando radiaciones ionizantes a los pacientes. Es decir, que está manejando aparatos de resonancia magnética, que como no tengas algo de idea de física ni te enteras”.

Asimismo, reclaman la presencia obligatoria de los técnicos en documentación sanitaria en los equipos de refuerzo de atención primaria, para garantizar la calidad asistencial y evitar suplantaciones por perfiles no sanitarios.

Estos técnicos documentalistas, como se les conoce popularmente, son esenciales para el trabajo clínico, ya que asignan códigos a patologías y tienen acceso autorizado a historias clínicas, a diferencia del personal administrativo.

Desde 2022 han realizado protestas en Madrid con miles de asistentes y concentraciones en centros de salud y delegaciones de gobierno. “Nos recibieron un par de veces, pero no cumplieron nada”, denuncia Rodríguez. Por eso, el colectivo ve en esta huelga un último recurso para visibilizar su situación y forzar avances reales.