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domingo, 28 abril 2024

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“9 horas para suministrarme un paracetamol en el Hospital General por la saturación Covid”

Esta es la historia de una joven menor de 25 años que ha estado ingresada por Coronavirus en el Hospital General en pleno repunte de casos y con las consecuencias que derivan de la saturación sanitaria

Cuando comenzó la pandemia a principios de 2020 una tendencia era clara: los casos más graves por Coronavirus se concentraban en los ancianos. De hecho, las residencias de mayores fueron las más afectadas pues, aunque se diseñaron protocolos de prevención, la mortalidad en la franja de edad de los que superaban los 80 años fue abrumadora. Ahora, un año y medio después y con cuatro oleadas de contagios superadas, el perfil del sujeto grave cambia y, para sorpresa de muchos, se centra en los jóvenes de 20 a 30 años. Rosa es un nombre ficticio, pero su historia es real, y ella con 25 años está ingresada en el Hospital General por complicaciones en una neumonía provocada por la Covid-19.

Rosa es una mujer joven sana y sin patologías previas. De hecho, acostumbra a hacer ejercicio tres días a la semana, siendo una de sus mayores ilusiones viajar por todo el mundo -hobby que ha tenido que dejar de lado por las restricciones provocadas por la pandemia-, de las que raras veces se constipa.

Por eso, su ingreso en el Hospital General ha sido un auténtico shock en su entorno, y cómo no, una preocupación. “Lo que más me preocupó al principio fue el no saber cómo me había contagiado. He estado trabajando con niños, pero siempre respetando las medidas de seguridad. No he acudido a fiestas ni me he saltado las normas, simplemente un día me encontré mal y resulté ser positiva en Coronavirus”, explica la mujer que hay tras el pseudónimo.

No obstante, el Coronavirus puede afectar, y mucho, a los jóvenes. Rosa se encerró en su habitación -en la casa con la que comparte piso con otras dos compañeras- y guardó reposo. A los 9 días de estar confinada, los síntomas no hicieron más que empeorar.

“Estaba deseando acabar el confinamiento. Tras realizarme una PCR en mi ambulatorio y dar positivo en Covid-19 me comunicaron que debía realizar cuarentena 10 días. Cuando solo me quedaba un día para salir a la calle, había perdido el gusto, tenía dolor de cabeza y me dolía mucho el pecho. Tuve que ir a urgencias inmediatamente”, relata.

La quinta ola ha afectado sobre todo a la atención primaria, pero ahora, los hospitales comienzan a sufrir las primeras saturaciones. “Desde el primer momento que entré al hospital y comuniqué mi situación sentí mucho miedo porque era evidente que el personal sanitario estaba trabajando en una situación límite“, explica Rosa.

Y es que los enfermos se acumulaban en las salas de espera creando una situación alarmante. Una vez los médicos decidieron que su hospitalización era necesaria por sufrir una neumonía, Rosa subió a planta, a una habitación compartida con más contagiados por Coronavirus, por lo que tenía que dormir con mascarilla y con neumonía.

“Las primeras horas fueron caóticas, yo me encontraba muy mal y tardaron 9 horas en darme un paracetamol para el dolor de cabeza. Soy consciente de que las enfermeras y los celadores hacían lo que podían, pero la situación asustaba mucho”, ha contado rosa a este periódico.

Con el paso de los días, las cosas no mejoraron, pues hubo días que ni siquiera pasó el médico porque “estaba hasta arriba de pacientes”. De hecho, los síntomas aumentaron y aparecieron picores por todo el cuerpo y no fue hasta que pasaron 24 horas desde que lo comunicó que no le suministraron ningún calmante. “Era imposible dormir por el picor”.

La saturación también afecta a los servicios más básicos, como los de comida. “No me dieron la cena y estuve más de 12 horas sin comer“, cuenta la paciente. No obstante, Rosa solo tiene palabras de agradecimiento para aquellos que le ayudaron en sus peores momentos, “dejándose la piel”.

Por su parte, una de las médicas que trabajan en el mismo hospital, cuyo apellido comienza por G, ha asegurado que aunque hay personal que está de vacaciones, de momento están lejos de alcanzar el límite de ocupación.

“Los ingresos han aumentado, disponemos de menos personal y además se han reducido horarios en los centros de salud, pero es importante transmitir a la ciudadanía que los cupos de ingresos y UCI aun se mantienen en niveles inferiores a otras oleadas”, analiza la médica.

Es más, “en los últimos días hemos notado cierta estabilización en el número de contagios y sobre todo, de los efectos que esto provoca en el servicio sanitario”, explica. La misma médica ha asegurado que lo que ha llevado a esta situación ha sido el exceso de confianza: “muchos han creído que esto de la pandemia ya había pasado y nada más lejos de la realidad. El caso de Rosa es el ejemplo de que nadie está a salvo de este virus y que nunca se sabe cómo te va a afectar”.

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