Con la llegada del mes de junio, quedan a penas semanas para dar la bienvenida al verano de forma oficial. No obstante, es necesario seguir una serie de recomendaciones para evitar que este dulce momento se convierta en una tragedia, sobre todo para las familias, ya que expertos alertan que más del 80% de los fallecimientos por ahogamiento se producen en espacios y horarios en los que no hay vigilancia.
Concretamente, tal y como ha explicado el experto en seguridad acuática, Ramsés Martí, desde enero de 2023 hasta el día de hoy han fallecido 106 personas por ahogamientos en España, de los cuales 7 han sido en la Comunitad Valenciana. Por ello, hace especial hincapié en que recordemos que los menores de 1 año “dependen totalmente de sus cuidadores y se pueden ahogar en menos de 20 segundos y en tan solo 10 centímetros de agua”.
Este año, estas cifras “podrían aumentar” a causa de la sequía y la prolongación de las altas temperaturas, conforme ha alertado Martí. Este incide en que si las piscinas están vacías por la sequía y los entornos al aire libre están secos por la falta de lluvia, “las familias buscarán nuevos espacios acuáticos naturales para bañarse”, lo que puede posibilitar “que se den estas terribles situaciones”.
El principal problema por tanto es que la mayoría de estos nuevos espacios “carecen de vigilancia por falta de efectivos o porque se trata de espacios no aptos para el baño”. A ello se suman las “previsibles masificaciones en playas y la prolongación de la temporada de baño” a causa de la llegada prematura del calor y de su alargamiento “más allá de los meses de verano”.
El ahogamiento: la segunda causa de muerte accidental en niños
En el caso de los menores de edad, el ahogamiento es “la segunda causa de muerte accidental” y los índices “más elevados” corresponden a niños y niñas de 1 a 4 años, seguidos de la franja de 5 a 9 años, tal y como detala el Informe mundial sobre los ahogamientos publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
A este respecto, Martí incide en que “no existe un registro unificado” que contemple el número de niños y niñas que después de un ahogamiento “sufre afectaciones a nivel pulmonar o cerebral”. Por tanto, al número de menores que pierden la vida por esto deberían añadirse “aquellos que sufren algún tipo de secuela”.
¿Qué se debe hacer para evitar ahogamientos?
El experto incide en que la mejor manera de evitar estas situaciones es que los niños y niñas de entre 3 y 5 años “acudan a clases para aprender a nadar y entrenen las habilidades de supervivencia acuática para que tengan recursos ante cualquier contratiempo”. Además, “es imprescindible” la supervisión constante y cercana de los menores por parte de los adultos y “más si hablamos de espacios naturales que carecen de servicios de vigilancia”, explica.
Asimismo, Martí incide en que los padres y madres “deben asegurarse” que los niños que no sepan nadar bien “lleven los flotadores adecuados a su edad y tamaño”. “Es muy importante esto, además de que no se debe utilizar el material de un año a otro, pues puede perder su efectividad”. aclara.
