Durante meses y, vaya, ya años, hemos sufrido una pandemia que ha dejado daños socioeconómicos atroces. Y llevamos el mismo tiempo sufriendo el autoritarismo jurídico-legal más rancio que nunca hemos conocido bajo un gobierno autonómico. Y sí, desgraciadamente, todo con la complacencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana. Es decir, el gobierno valenciano, ante su incompetencia para con la sociedad valenciana y sus recursos, hubo de armarse jurídicamente para limitar derechos y libertades de manera exagerada. Porque no era más que eso: incompetencia.
Pero no termina ahí. Tras darse cuenta de que no ha valido para nada estirar las restricciones lo máximo posible, este martes 22 de febrero anunciaban a bombo y platillo que las hacían decaer ahora justo cuando menos se hablará de ello porque las Fallas están a la vuelta de la esquina.
La gestión pandémica ha sido tal que los propios tribunales han condenado ya, en dos ocasiones, a la Conselleria de Sanidad -sí, esa que anunció la creación de 6 mil plazas estructurales y que seguimos sin vislumbrar- y esta debe abonar unas cantidades paupérrimas a los sanitarios como compensación por no haberles protegido desde marzo de 2020. Y, no olvidemos, el Tribunal Supremo acaba de anular el decreto que nos aisló territorialmente del resto de España durante el invierno de 2020. Un varapalo judicial tras otro. Pero ¿y qué?
La sociedad sigue anonadada con otras situaciones. Rusia amenaza con invadir el último resorte de libertad hacia el este de Europa y el Partido Popular está en pleno proceso de reconstrucción interna. Y nada más llena los telediarios. Y de nada más se habla.
Y es que son ya 18.278 sanitarios contagiados -hasta el 14 de enero- en la Comunitat Valenciana. Lideramos las estadísticas a nivel nacional. Sí, señor President, ¡por encima de Madrid! Su gestión cuenta con 9851 sanitarios contagiados más que la Comunidad de Madrid -un 100% más-. Su querida Isabel Díaz Ayuso, con mayores índices de densidad de población, parece haber protegido mejor a sus sanitarios. De hecho, ella no tiene condenados en contra como sí las tiene el gobierno que usted preside.
El fallo dice que “no se les facilitó gorros sanitarios, ya que se estimó que no eran necesarios, al igual que las pantallas”. Y es indigno que, en lugar de agachar la cabeza y realizar el pago de las cantidades que establece la condena, plantee un recurso en que tilda a nuestros sanitarios, nada más y nada menos, que de ladrones. Literalmente, la Conselleria de Sanidad, en nombre de todo el gobierno valenciano, ha justificado que mantuvieron los EPIs bajo llave porque los sanitarios los sustraían. Es decir, Ximo Puig ni se ha despeinado calificando a los que han dado todo por el resto y a los que tanto decía haber defendido y abanderado de ladrones. Señoras y señores, que estamos hablando de los sanitarios que lucharon día a día, sacrificándose por todos. Y el peluquín sigue pegado, sin moverse.
La incompetencia de un gobierno autonómico que se ha convertido en indecencia. Indecencia por la que nadie asume responsabilidades.
