Mientras todas las instituciones políticas oficiales se concentraban este martes para condenar la violencia, con uno u otro “apellido”, pero en referencia a los asesinatos de mujeres en Castelló y Orihuela, desde las redes sociales de dos de las consellerias en manos de Vox, esa condena se matizaba.
De hecho no solo en ningún caso se hablaba de violencia machista, ni violencia contra las mujeres, sino que se agrupaban los asesinatos de “dos mujeres y un hombre”, y se añadía que habían sido “presuntamente a manos de sus parejas”. Es decir que a los ya reconocidos como violencia machista por el propio Ministerio, se le sumaba el suceso del asesinato en Alcàsser, en que una mujer, presuntamente había matado a su pareja.
Por otro lado, no hay que olvidar tampoco que tras el último acuerdo, ya se había cambiado la nomenclatura de violencia machista que debía aparecer en la pancarta de Les Corts pese a las críticas de la oposición y que hoy se ha escenificado en imágenes de división y duplicidad de mensajes.
Así, el foco parece que se ha trasladado en las últimas condenas, por una parte a la nomenclatura del tipo de violencia y la razón por la que se ejerce, es decir utilizando el calificativo machista o suprimiéndolo y por otro lado, negando su existencia como hecho diferencial como ha hecho Vox y agrupando las muertes de las dos mujeres y de un hombre en un único grupo, reafirmando así su postura.
¿Pancartas o víctimas? Ruth Merino, incómoda con las cuestiones semánticas del calificativo de la ‘violencia’
A este hecho se ha referido también hoy la portavoz del Consell, Ruth Merino, quien también ha afirmado que parece que se hable más de las pancartas que de las víctimas”. Y por otro lado, y a pesar de las discrepancias entre los mensajes que están lanzando las Consellerias dirigidas por el PP y las de Vox, Merino asegura que que este Consell “está unido” y que “le da igual la denominación y las pancartas, ya que su objetivo es eliminar esta lacra social y que no asesinen a más mujeres”.
Merino, en referencia al calificativo que se pone a la palabra “violencia” ha hecho hincapié en que “no se siente cómoda con los problemas que están ocasionando las cuestiones semánticas” y asegura que “no le importa” que se denomine violencia contra la mujer, violencia de género o violencia machista ya que “nosotros queremos que las mujeres se sientan protegidas y que se dejen de lado las denominaciones”.
