En una operación conjunta liderada por EUROPOL y ejecutada por agentes de la Policía Nacional, ha sido desarticulada una organización criminal dedicada al tráfico de cocaína a través de contenedores marítimos en el Puerto de Valencia. La operación ha culminado con 20 personas arrestadas: 17 en territorio español, 2 en Bélgica y una más en Francia. La investigación, apodada Back Pack, se inició hace un año.
Durante los 11 registros realizados en España y Bélgica, los investigadores incautaron más de una tonelada de cocaína, junto con monederos de criptomonedas, dos armas de fuego, ocho
vehículos de alta gama, armas prohibidas, 15.000 euros en efectivo y un
camión tipo tráiler.
El Puerto de Valencia era el lugar de destino de estos contenedores, los cuales eran gestionados por la figura del Power Broker, una persona intermediaria, respetada dentro del mundo del crimen organizado internacional, capaz de establecer unas condiciones y cerrar el trato entre redes criminales colombianas y los líderes de la organización en Europa conocidos en el argot policial como HVT (High Value Target).
‘Hombres araña’ para el “rescate” de la droga
Una vez descargada la droga la organización iniciaba el “rescate” a través del
HVT de Valencia que dirigía toda la operación. Para ello contaba con toda una
estructura que les facilitaba el acceso al puerto y les marcaba los contenedores
“contaminados” para extraer posteriormente la droga
La red utilizaba el método conocido como “gancho ciego”, introduciendo la droga de forma clandestina en contenedores legales sin conocimiento de los transportistas. Para recuperar el estupefaciente una vez en el puerto, contaban con individuos apodados “hombres araña”, expertos en escalar pilas de contenedores y extraer la mercancía ilícita mediante herramientas como radiales o cizallas.
Una vez fuera del recinto portuario, la cocaína era llevada a lugares seguros, conocidos como “guarderías”, desde donde se distribuía a distintos puntos del continente europeo.
Detenido en Francia un miembro de la organización financiadora y en Bélgica relación con los Hells Angels
Parte de los arrestados en Bélgica estaban vinculado a una facción de los Hells Angels, y el líder de la rama belga era considerado uno de los delincuentes más buscados del país, con una orden roja de INTERPOL vigente desde hace cuatro años. Su escondite se encontraba en chalets de lujo en la costa levantina, desde donde coordinaba a la facción de aquel país, apoyado por miembros del conocido grupo motero.
La localidad de Denia albergaba la infraestructura logística y financiera del grupo en España. Allí residía un intermediario relacionado con el mundo de la lucha profesional, arrestado junto a su entrenador por su presunta implicación en las actividades delictivas. Ambos individuos contaban con antecedentes por delitos graves, lo que motivó la intervención de unidades especiales como el G.E.O. y el G.O.E.S.
En los registros, se consiguió detener a otro de los miembros de la organización criminal belga investigada que era considerado mano derecha y lugarteniente del HVT de Bélgica. Durante la operación, también se llevó a cabo la detención de un miembro de la red financiera en Francia, en ejecución de una Orden Europea de Detención y Entrega.
La intervención se salda con 20 personas arrestadas, 14 en València y 3 en Alicante, 1.078 kg de cocaína incautados, 8 inmuebles embargados, 27 cuentas bancarias bloqueadas, 60 teléfonos móviles intervenidos, 2 armas de fuego y múltiples armas prohibidas, 15.000 euros en efectivo y 1.000 en billetes falsos, un camión tráiler y ocho vehículos de lujo confiscados.
La operación, conocida como “Back-Pack”, supone un golpe significativo contra el crimen organizado a nivel europeo, desmantelando una red con conexiones en Colombia, España, Bélgica y Francia.